Recibí
una larga carta, cuatro folios por lo menos, llenos de una hermosa
caligrafía, toda escrita con mayúsculas. Era de él, reconocí su letra al
instante, como respuesta a la minúscula misiva que yo le envié unos
días atrás.
El
papel era exclusivo, la presentación muy cuidada, le había dedicado
mucho tiempo, eso era innegable y, de alguna manera, le concedía al
hecho una singular importancia. Tardé mucho en leerla, quizá para que
ese momento no acabara nunca o, tal vez, por miedo a lo que me diría. Y
tarde tanto en hacerlo que, finalmente,
jamas supe le contenido de la carta.
Bruscamente, desperté.
Autora: Reme ( Mi esposa )
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