Con que pasión te entregas.
Con que ganas disfrutas del néctar
de la pasión.
Con que ímpetu acaricias esas manos
frías y dolientes de placer.
Al atardecer, cuando no sabemos si
se calmará ese ahogo que nos inunda,
Al anochecer sedientos de lascivas promesas
truncadas, y queriendo aparentar
lo que no puede ser,
lo que no podemos esconder,
lo que es imposible calmar.
Atrapados en una jungla
sin poder escapar,
nos apoderamos el uno del otro
para adueñarnos de nuestros cuerpos,
y dar lo mas profundo que llevamos dentro.
Es... esa calma y placer unidos, pero sin ningún vinculo que los una.
Así son dos almas bohemias,
en busca del ardor
de unos cuerpos entrelazados.
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