Dice la ardilla a la anaconda:
_ no se esconda, no se esconda,
si no voy a hacerle nada,
nada tengo que te asuste,
y aunque te metas al agua
con usted voy, a que disfrute.
Quería ser su amiga, la ardilla,
quería jugar con ella,
y para que no se la comiera,
fue y le trajo una tortilla.
La anaconda viendo a la ardilla,
contenta y entusiasmada,
para no quedarse sola,
vino en una estacada.
Se hicieron las dos, muy amigas,
contaban poesía y relatos.
Primero estaban muy solas,
luego vinieron dos patos.
A veces las cosas no son,
eso que aparentan ser,
y nosotros con ilusión
nunca las queremos ver.
Y aunque sean muy distintas
bien se pueden entender
compartiendo juntas risas,
y toda una vida después.
Autor: Eugenio Llamas ( Uge )
_ no se esconda, no se esconda,
si no voy a hacerle nada,
nada tengo que te asuste,
y aunque te metas al agua
con usted voy, a que disfrute.
Quería ser su amiga, la ardilla,
quería jugar con ella,
y para que no se la comiera,
fue y le trajo una tortilla.
La anaconda viendo a la ardilla,
contenta y entusiasmada,
para no quedarse sola,
vino en una estacada.
Se hicieron las dos, muy amigas,
contaban poesía y relatos.
Primero estaban muy solas,
luego vinieron dos patos.
A veces las cosas no son,
eso que aparentan ser,
y nosotros con ilusión
nunca las queremos ver.
Y aunque sean muy distintas
bien se pueden entender
compartiendo juntas risas,
y toda una vida después.
Autor: Eugenio Llamas ( Uge )
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